La importancia de los vidrios en las ventanas

Como norma general, los vidrios ocupan la mayor parte de la superficie en cualquier tipo de cancelería, especialmente en ventanas y cerramientos, de ahí la importancia de conocer, aunque sea brevemente, las principales opciones de acristalamiento que encontraremos en el mercado:

Y es que, entre otras cosas, no podemos obviar el hecho de que, junto con los perfiles, son uno de los principales componentes que condicionarán la eficacia de las ventanas en todos los aspectos.

Además, dada la gran variedad de opciones, combinaciones y tipos de vidrios que existen, si no se está en el sector, es fácil sentirse abrumado al no saber cuál de las alternativas que se nos están es la ideal para nuestras necesidades concretas, aunque es posible que no todas las variedades estén disponibles en un mercado dado.

Acristalamientos más comunes

Vidrios laminados o de seguridad

Son aquellos que están constituidos por láminas de dos o más vidrios, unidas mediante una lámina de un pegamento especial conocido como polivinil butiral o más comúnmente en español, butiral de polivinilo, PVB por sus siglas en inglés.

Este es un material plástico que funciona como adhesivo entre las láminas de vidrio gracias sus magníficas cualidades pues, además de lógicamente su característica adherencia, presenta alta elasticidad, transparencia y resistencia.

Con esto la ventana se ve reforzada y mejora en el aislamiento acústico y en la seguridad debido a que, en caso de ruptura del vidrio, los fragmentos de las capas de cristal dañadas se quedan pegados al PVB por lo que no salen proyectados y tampoco se esparcen por el suelo, evitando así posibles incidentes y cortes.

En ocasiones, aun cuando todas las láminas del vidrio se hayan visto comprometidas, solo caen al suelo como un amasijo si vidrios unidos por le PVB.

Vidrios bajo emisivos

Cuando se trata de lograr máxima termicicidad en una estancia o habitación, los vidrios bajo emisivos, Low-e, por su nombre en ingés, es el tipo más utilizado para lograr aislamiento térmico y ahorro energético.

Este tipo de vidrio normalmente se utiliza con el esquema vidrio-cámara-vidrio, es decir lo que popularmente se conoce como doble vidrio, lógicamente con cámara de gas o aire intermedio.

Este efecto se consigue al incorporar una capa invisible, es decir, con un elevado índice de transparencia, en la cara interior del vidrio cuya función es impedir la transmisión de energía, tanto del interior como hacia el exterior como viceversa, con lo que se mantiene la temperatura del interior de la habitación minimizando las pérdidas de calor por las ventanas en climas fríos o reduciendo la entrada de calor en climas cálidos.

Vidrios templados

Estos vidrios se conforman a partir de láminas de vidrios que se someten a un proceso de templado que consiste en una fase calentamiento controlado al que le sigue otra fase de rápido enfriamiento, lo que permite la alineación de las moléculas de forma tal que se logra una mejora en la resistencia mecánica de la lámina.

Las ventanas, puertas, cerramientos y en general, todo tipo de cancelería que lleve grandes lienzos acristalados debería contar con este tipo de vidrio, ya que además de su resistencia aumentada, en caso de rotura los fragmentos resultantes son pequeños y con aristas muy romas por lo que se reduce el riesgo de cortes peligrosos.

Cuando se desea incrementar aún más la seguridad, se usan en combinación con láminas de PVB, dando como resultado vidrios templados laminados, potenciando todavía más la resistencia.

Vidrios con control solar

Si se quiere mejorar las cualidades térmicas de un vidrio, además del uso de un vidrio bajo emisivo, se puede incluir un vidrio con control solar.

Este tipo de vidrio se conforma al introducir una capa metálica para que refleje la luz solar que incide sobre la ventana.

En función de la capacidad reflectante de la lámina, así como de otras características, entre las que se incluyen, el uso de vidrio con cámara de aire o gas, el uso de vidrio bajo emisivo, etc., se logra una mejora en aislamiento térmico y una reducción de la intensidad de luz que entra en la vivienda a través de la ventana, especialmente útil en climas cálidos o en días calurosos.

Este tipo de acristalamiento consigue, además, minimizar la entrada de los rayos ultravioleta que pueden dañar la vista, los muebles u otros elementos de nuestra casa.

Vidrios autolimpiables

A cualquiera de los vidrios antes comentados se les incorpora en el exterior un recubrimiento hidrófugo e hidrófobo incoloro, es decir repelente del agua y translúcido con alto índice de trasparencia, que actúa cuando llueve haciendo que las gotas de lluvia se deslicen fácilmente por el vidrio.

Debido a sus características y cualidades, logra en gran medida también que la suciedad se adhiera con mucha menos intensidad a la superficie, lo que finalmente se traduce en que la frecuencia con la que se deban limpiar sea mucho menor.

Cuál es mi vidrio ideal

Con estos ejemplos podemos ver que no existe un solo tipo de vidrio ideal, sino que dependiendo de las necesidades específicas y de las circunstancias de cada usuario, es más recomendable usar un tipo u otro.

Es más, lo normal es que para poder conseguir las prestaciones deseadas para cada estancia de la vivienda se elija una combinación de acristalamientos, por ejemplo, una vivienda en la que la fachada está expuesta la mayor parte del día a la insolación por su orientación, podrá elegir acristalamiento doble, bajo emisivo y control solar, mientras que para el acceso a la terraza trasera, por donde suelen pasar frecuentemente los niños de la casa con sus pelotas, bicicletas y triciclos, para salir a jugar al patio, se buscará un cristal templado que en caso de rotura accidental minimice los riesgos de heridas.

Siempre es recomendable y fundamental buscar la orientación adecuada de los profesionales.

Para más información y orientación sobre tus necesidades específicas, ponte en contacto con nosotros.